15Oct

Los recursos hídricos alimentan la prosperidad al satisfacer las necesidades humanas básicas, contribuir al mantenimiento de la salud, los medios de vida y el desarrollo económico, reforzar tanto la seguridad alimentaria como energética, y preservar la integridad ambiental. Estos recursos influyen en la economía de muchas maneras, y las dinámicas del comercio mundial, así como los ajustes del mercado, pueden tener efectos directos en la forma en que las economías regionales y locales utilizan el agua. De igual manera, los impactos de los conflictos en los recursos hídricos son numerosos y a menudo indirectos, tales como los relacionados con las migraciones forzadas y la mayor exposición a riesgos para la salud. El cambio climático, los disturbios geopolíticos, las pandemias, las migraciones masivas, la hiperinflación y otras crisis pueden exacerbar las desigualdades en el acceso al agua. Generalmente, los grupos más pobres y vulnerables son aquellos cuyo bienestar está más amenazado. La edición de 2024 del Informe Mundial de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo de los Recursos Hídricos expone las complejas interdependencias entre la gestión sostenible del agua, la paz y la prosperidad, y describe cómo los avances en uno de estos aspectos tienen repercusiones positivas, a menudo cruciales, en los otros dos.